Historia de nuestra parroquia
Ven y conócenos
Los Misioneros Claretianos llegamos al barrio de Tetuán el 7 de febrero de 1966, instalándonos el 29 de febrero de 1968 provisionalmente en la calle Bravo Murillo, 344. Entonces comenzó una larga búsqueda del solar sobre el que construir el templo parroquial. El 12 de octubre de 1969 comenzó a funcionar la parroquia en un salón alquilado de la calle Cañaveral 1, adecentado para capilla. En junio de 1971 adquiere independencia jurídica. En diciembre de 1975 se traslada la comunidad a la calle Antonio 43, inaugurándose el 13 de febrero de 1976, al mismo tiempo que otros miembros de la misma comunidad formaban la nueva comunidad de Bravo Murillo 203. El 9 de enero de 1980 se colocó la primera piedra del actual templo, inaugurándose el día 27 de junio de 1981 por D. Vicente Enrique y Tarancón. En 1993 se dio la Misión Popular en la parroquia y en todo el arciprestazgo de Nuestra Sra. de las Victorias. A partir de 1995 se halla en los locales de la parroquia la Procura Misional de la Provincia.
Esta ha sido hasta hace unos años una zona de chabolas y casitas de planta baja en su mayoría, con las dificultades imaginables para la pastoral en un poblado marginal, religiosamente alejado, incluso hostil en casos determinados. La acción cotidiana ha sido el acercamiento mediante Cáritas, visitadores de ancianos y enfermos… Poco a poco se fueron acercando a las catequesis de infancia, se formó un grupo juvenil, los ancianos venían y vienen al hogar, aunque no todos entran en el templo. Pero desde el principio hubo una selecta minoría comprometida con la parroquia que hizo su gran trabajo pastoral visitando todas las casas el año 1992, y preparando la Misión Popular, que se dio en toda la parroquia, mediante asambleas domésticas presididas por seglares y animadas por los misioneros. Después de la misión, que tuvo lugar en febrero del 93, quedaron funcionando veintidós asambleas, que celebraban su reunión todos los meses.
Actualmente, en la parroquia contamos con grupos de muy variadas edades, que organizan actividades, participan activamente en la preparación de los diversos actos de la parroquia y, en definitiva, nutren de vida y alegría a Nuestra Señora del Espino.
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