NUEVA UNIDAD PASTORAL
Hoy fiesta del Corazón de María queremos dar a conocer la nueva Unidad Pastoral CORAZON DE MARIA, confiada a los Misioneros Claretianos, como nos recuerda los primeros apartados del convenio firmado con el Arzobispado de Madrid.
PRIMERO.- El Arzobispo de Madrid encomienda a los Misioneros Claretianos la cura pastoral de la Parroquia de Nuestra Señora de Madrid, de la Villa de Madrid, en la situación de hecho y de derecho en que actualmente se encuentra.
SEGUNDO.- Los Claretianos aceptan la encomienda y se comprometen a destinar para su atención al equipo sacerdotal que atiende la Parroquia de Nuestra Señora del Espino, para que pueda desarrollar su trabajo en esta parroquia como unidad pastoral con aquella, con todos los derechos y obligaciones anejos, más aquellos que se derivan del presente convenio.
Y aunque hasta el mes de septiembre no será efectivo, queremos poner bajo la protección del “Corazón de María” este nuevo reto pastoral en la zona de Ventilla-Tetuan. Ella nos acompañara e iluminará para tomar las decisiones más oportunas.
Al hablar de Unidades Pastorales se insiste en términos de colaboración para afrontar aspectos de la vida social y pastoral ordinaria. Incluso e insiste en una triple justificación: pastoral: para potenciar una pastoral de conjunto, más allá de parroquialismos, y poder atender y evangelizar aquellos sectores y ambientes donde más nos cuesta llegar; sociológica: para dar una respuesta adecuada a necesidades reales; eclesiológica: como expresión de una Iglesia de comunión y misión, donde todo el Pueblo de Dios es corresponsable en la misión evangelizadora.
Queremos aunar voluntades, destacar prioridades y fomentar la corresponsabilidad de los bautizados en la comunión y misión de la parroquia. Lograr que se lleve a cabo conscientemente una pastoral de conjunto adecuadamente articulada y convergente dentro de la “Unidad Pastoral”. Asegurar el principio pastoral de continuidad histórica y a su vez el “kairós” o momento adecuado de innovaciones oportunas, estimulados por la “Unidad Pastoral”. Fomentar las revisiones periódicas que contribuyan al crecimiento de la comunidad. Concienciar a todos los miembros de la comunidad parroquial de la función que cada uno de nosotros debemos desempeñar dentro de ella. Integrar las distintas funciones y responsabilidades. Orientar la actividad de las comunidades que existen con un gran sentido misionero.
En definitiva, esta forma de organización pastoral busca formar comunidades cristianas vivas, fraternas, orgánicas, corresponsables y evangelizadoras, que vivan de un modo más generoso la exigencia de comunión. Es decir, que cada uno de sus miembros, desde sus respectivas vocaciones y ministerios, ponga todo lo que tiene al servicio de la única misión de la iglesia: el anuncio de salvación en Jesucristo. Queremos hacer nuestras las palabras del Papa Francisco que nos anima en esta tarea “Espero y deseo que todas las comunidades procuren poner todos los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están. Ya no nos sirve una “simple administración”. Costituyámonos en todas las regiones de la tierra en un “estado permanente de misión” (Papa Francisco, Evangelii gaudium, 25).
Una respuesta
Enhorabuena, mucho ánimo ante este nuevo e ilusuinante reto. Que así sea para bien de todos.
Unidos en Cristo y de la mano de María ¡ADELANTE!